El mercado laboral para la mujer sigue siendo uno de los temas más peliagudos y que pocos de los interesados (políticos, empresarios o sindicatos) están dispuestos a abordar en profundidad. Es un hecho que hoy en día cualquier mujer mayor de edad, con estudios o sin ellos, quiere trabajar y no ser solamente un ama de casa como en tiempos pasados, pero por razones que aún se escapan, no tiene ni las mismas oportunidades ni las mismas condiciones que un hombre, y eso se pone aún peor si unimos a ello el haber cumplido cierta edad.
En general, cualquier desempleado que haya cumplido los 40, y esté así por motivos propios o ajenos, tiene bastante complicado acceder a un puesto de trabajo, eso es así; pero si además eres mujer, no es de extrañar que muchas se den por vencidas antes siquiera de intentarlo. Sin embargo, en los últimos tiempos, hay cierta salida laboral que poca gente alcanza a ver y tiene en cuenta, pero que ha demostrado que puede ser muy lucrativa y enriquecedora: me estoy refiriendo, sí amigos, al porno, ya sea online, amateur o profesional.
Nadie que lea estas líneas debe pensar que son broma, porque realmente son muchas las maduritas que están optando por realizar esta actividad, que en principio no es muy convencional, lo sé, pero que a la final nada tiene de malo, extraño o deshonroso. De hecho, tras haberse lanzado y haber dejado atrás tabúes y otras cuestiones morales, muchas son las aspirantes de edad más bien avanzada que realmente se han convencido de que esta era un estupenda oportunidad para tener un empleo más o menos estable, bien pagado, y bastante enriquecedor según como se mire.
Es cierto que eso de dedicarse a tener sexo delante de las cámaras, con extraños y que además están observándote no es del agrado de todas, ni tampoco todo el mundo es capaz de hacerlo. Por contra, es un trabajo donde, en la actualidad, no hay gran problema en cuestión de estética, pues si bien hace un tiempo encontrábamos que para actriz porno era necesario ser una tia buena, hablando en plata, hoy ya no parece que eso sea una exigencia prioritaria. Así, las maduras gordas no tiene por qué temer no poder hacer carrera en el mundo de la pornografía, porque de hecho de un tiempo a esta parte, las mujeres obesas tiene bastante seguidores; parece que verlas follar se ha convertido en la afición de muchos hombres.
Una vez que una mujer de más de 40 se ha decidido a hacer carrera en el porno, y es capaz de dar sus primeros pasos sin que nada la distraiga de su objetivo, hay que decir que obtiene bastantes beneficios casi inmediatamente. Para empezar, ha dejado de ser una desempleada, lo que siempre es una inyección para la autoestima, que aquellos que llevan tiempo sin trabajar y quieren hacerlo suelen tener por los suelos; después, es un trabajo que está bien pagado, tiene pocos riesgos entre comillas, y un horario bastante flexible. Las sesiones de grabación no suelen ser demasiado largas, aunque en ocasiones pueda cambiar esta circunstancia, y es bastante fácil conciliarlas con la vida familiar, algo tan sonado en los últimos tiempos. Y por último, aunque pueda parecer algo extraño, puede dar un gran impulso a la vida marital.
¿Cómo es esto último? Pues bien, hablando con un amigo psicólogo de este tema, comentó que se había comprobado que las actrices de películas porno suelen vivir en pareja, y mantener con ellas una relación duradera y estable. Porque, ¿qué mejor que calmar los impulsos de las maduritas infieles, que poner a su disposición a diferentes maromos para que las follen, pero que realmente crean que lo hacen por trabajo? Así, por muy ninfómana y puta que sea una mujer, si piensa que todo esto es por trabajo, su mente la convencerá de que es realidad es una casada que respeta a su marido y no está con otros hombres por vicio, mientras que su cuerpo está lo suficientemente saciado de sexo para que no busque esto en otros lugares. Por eso, este trabajo convierte a las esposas en abnegadas amas de casa, siempre y cuando salen del plató de rodaje.
Cada mujer tiene sus propias circunstancias, y puede encarar dedicarse a los videos o películas porno de diferente manera. Pero aunque a priori haya muchos prejuicios contra este tipo de empleo, una nunca debe cerrarse ninguna puerta.